Mentiras, cobardes y vendidos. El Valencia apesta a podrido.

Tras la presentación del vigésimo quinto proyecto del Nou Mestalla, si algo me ha quedado claro, es que a los supuestos valencianistas que protagonizaban el teatrillo, montado dentro del mausoleo de hormigón, no les queda ni la más remota pizca de pertenencia, solo son figurantes que trabajan para Lim de Singapur. En una mesa dispuesta

Peter Lim se plantea sustituir a Anil por una planta

Peter Lim, máximo accionista del Valencia, y deforestador de profesión, tiene un dilema y se llama Anil K. Murthy. Anil Murthy es un señor tan inteligente que, como todo genio, es odiado por toda la afición valencianista.Pero Anil, el gurú del business, se enfrenta a un gran problema; su jefe está pensando en cambiarlo por

Anil Murthy, una ruina para Peter Lim

Anil llegó, sacado de una chistera. Nadie sabía quién era, pero hablaba un poco de español. Tal gesta, la de defenderse con el segundo idioma más usado en el mundo, lo aupó a la presidencia de uno de los equipos más importantes de Europa. Lay Hoon, persona respetable y de gran calidad humana, le cedió